Factor Nostalgia: Series de mi infancia y sus películas
- Fede Bogado
- 10 may 2020
- 6 Min. de lectura
En lo personal, siempre que se acerca mi cumpleaños, me pongo a repasar lo vivido durante esos 365 días (o 366). ¿Qué cosas hice bien? ¿Qué cosas puedo mejorar? ¿Cuáles fueron mis momentos favoritos? ¿Qué cambió en mi vida durante este tiempo? Para mí, la reflexión de año nuevo llega también el día previo a mi día especial, como le dice mi vieja. Gracias a esa reflexión, compuesta de esas preguntas filosóficas y personales que nos hacemos solamente a nosotros, aparece el factor nostalgia: recuerdos gratos de ciertos elementos que marcaron tiempos pasados de mi vida. En mi caso, aparecen eventos deportivos, viajes familiares, e incluso personas que nos han dejado físicamente. Allí, también figuran las series infantiles.
Cuando era chico, no podía pasar un día sin ver la televisión, y asumo que no era el único que vivía esta situación en casa. Esas series que se transmitían en distintos canales de televisión fueron llamando mi atención y divirtiéndome a tal punto que algunas lograron marcar mi personalidad de aquel entonces. Obviamente, con el tiempo, la mayoría fue desapareciendo de la grilla televisiva para dar paso a otras producciones. Sin embargo, algunas lograron quedar en mi memoria y, actualmente, las recuerdo con mucho cariño, tales como Caillou y Bob el Constructor cuando iba al jardín de infantes o Los Padrinos Mágicos (las nuevas temporadas no son de mi agrado) y los clásicos de Hanna-Barbera cuando iba a la escuela primaria. El cariño que tomaba por dichas series, en algunos casos, no se relacionaba con el éxito de éstas, ya que algunas tenían pocos capítulos en su haber. No obstante, existen otras que, no solo su popularidad fue grande, sino que también llegaron a ganarse su propio largometraje.

Imágenes de algunas de las series que miraba cuando era chico: Bob el Constructor, Caillou, Los Padrinos Mágicos y los clásicos de Hanna-Barbera (Scooby-Doo, Tom y Jerry, etc.), respectivamente.
Las primeras series no animadas que disfruté en la tele fueron las que conforman la franquicia Power Rangers. Mediante distintas producciones, que se emiten a lo largo de un año cada una, se narra la historia de 5 guerreros adolescentes que combaten seres extraterrestres, cuyos poderes dependen de la serie en cuestión. La franquicia, que adapta las series japonesas tituladas Super Sentai, comenzó con Mighty Morphin Power Rangers en 1993 y continúa a día de hoy, siendo Wild Force (2002), Ninja Storm (2003), Dino Thunder (2004), S.P.D. (2005) y Mystic Force (2006) las producciones que yo disfrutaba en televisión a pesar de que llegaban a Latinoamérica unos años después de su estreno original. Sus grandes escenas de acción y sus trajes llamativos fueron lo que captaron mi atención en aquel entonces.
Gracias a su éxito, en marzo de 2017, llegó a los cines una película titulada simplemente Power Rangers, basada en la primera serie que salió al aire. En la misma, cinco jóvenes de la escuela Angel Grove son elegidos por un viejo guerrero llamado Zordon para convertirse en los Power Rangers y así defender su ciudad y al planeta tierra del ataque de una vieja aliada de Zordon, Rita Repulsa. El filme, siendo ubicado dentro del género de superhéroes, destacó por ser de los primeros de esta categoría en tocar explícitamente temas como el autismo y la duda en torno a la orientación sexual. Power Rangers tuvo críticas mixtas por parte de los especialistas, quienes elogiaron los efectos especiales y las actuaciones, pero juzgaron su ritmo narrativo, la falta de acción y el product-placement (posicionamiento de producto) descarado. No obstante, fue elogiada por los fans, que la consideraron una adaptación bien lograda, mucho mejor de lo que realmente esperaban ver. Si bien no fue un fracaso en taquilla, no recaudó el dinero esperado, por lo que el estudio Paramount decidió cancelar las secuelas previstas y reiniciar la franquicia en el cine.

A la izquierda, los personajes de la serie Mighty Morphin Power Rangers (1993). A la derecha, los personajes de la película Power Rangers (2017), basados en los de la serie.
En lo que refiere a series animadas, solía disfrutar producciones de todo tipo, ya sean animes japoneses como Dragon Ball, que cuenta con tres largometrajes estrenados en estos últimos años, o caricaturas argentinas como Las Aventuras de Hijitus. Sin embargo, acostumbraba a disfrutar las series norteamericanas que se transmitían en los grandes canales.
Una de ellas es Phineas y Ferb, serie animada de Disney que se emitió entre los años 2007 y 2015. La misma, creada por Dan Povenmire y Jeff “Swampy” Marsh, narraba las aventuras de dos medio-hermanos tratando de hacer de sus vacaciones de verano las mejores que hayan tenido gracias a sus inventos, mientras que su ornitorrinco mascota combatía el crimen en la ciudad como un agente secreto. Esta caricatura en específico marcó una etapa en mi infancia, ya que la disfruté y seguí durante todos sus años de emisión, además de haberme aprendido sus canciones y diálogos que aún hoy recuerdo con alegría.
En 2011, se produjo un largometraje para TV titulado Phineas y Ferb: A través de la 2da Dimensión, en la que los hermanos descubren la identidad secreta de Perry, su mascota, a la vez que deben enfrentarse a un científico malvado de una dimensión alternativa. Al fiel estilo de la serie, esta producción goza de momentos cómicos y musicales entrañables, a la vez de explotar sus historias creativas y en cierto punto alocadas, incluso siendo conscientes de sus gags recurrentes y de ser parte de un show de televisión para toda la familia. Sumándole las escenas de acción de la misma, esta película resultó ser un deleite para los fans y una aventura entretenida para el resto de los espectadores y la crítica. A pesar de la conclusión de la serie en 2015, Phineas y Ferb tendrá una nueva cinta llamada Phineas and Ferb: Candace Against the Universe, que tiene un estreno programado para este año en la plataforma de streaming Disney+.

Arriba, los personajes principales de la serie Phineas y Ferb (2007-2015). Abajo, los mismos personajes junto a sus versiones alternativas en la peli A través de la 2da Dimensión (2011)
Cambiando de “vereda”, en Nickelodeon, existían otras producciones que veía en esa época, tales como Bob Esponja, animación que cuenta con dos películas exitosas y una tercera próxima a estrenarse, y Drake y Josh, sitcom que disfrutábamos en familia. Entre todas estas series, hay una que descubrí poco más de 15 años después de su estreno.
Hey Arnold! fue una caricatura emitida entre 1996 y 2004, creada por Craig Bartlett, cuñado del creador de Los Simpsons, Matt Groening. La misma, narraba el día a día de Arnold Shortman, un niño de 9 años que vive con sus abuelos e intenta solucionar los problemas personales de sus amigos y vecinos. La serie terminó abruptamente en 2004, tras la finalización del contrato de Bartlett, dejando, en el último capítulo que se produjo, la puerta abierta a una historia aún más grande que no se pudo producir. Logré descubrirla gracias a las transmisiones de medianoche entre los años 2012 y 2013, para luego verla en su totalidad junto con su primer filme, Hey Arnold!: The Movie (2002), donde el vecindario se une para evitar la demolición de sus hogares y la construcción de un centro comercial en su lugar. Hey Arnold! causó un impacto en mí gracias a sus personajes diversos, auténticos y verosímiles, además de los temas que toca en sus episodios, que personalmente consideraba muy interesantes y reales.
En 2017, tras el regreso de Bartlett a Nick e iniciando una movida de revivals de series clásicas como Rocko's Modern Life e Invasor Zim, se estrenó en televisión Hey Arnold!: The Jungle Movie. En ella, Arnold y su curso ganan un viaje al país ficticio de San Lorenzo, lugar donde se vio por última vez a los padres desaparecidos del protagonista, y aprovechan la excursión para averiguar su paradero. Esta cinta da respuestas a varios interrogantes que tenían los fans acerca de sus personajes favoritos, además de narrar aquella gran historia que quedó inconclusa en la serie y darle un cierre a la misma en el camino. La peli fue aclamada por la audiencia y la crítica, destacando la preservación de la esencia de la serie original y el desarrollo de los personajes.

Posters de la serie Hey Arnold! (1996-2004) ,a la izquierda, y de la película Hey Arnold!: The Jungle Movie (2017), a la derecha.
Estas series son solo algunas de las producciones que me acompañaron durante esa etapa tan alegre de mi vida. Junto con sus respectivos largometrajes, cada vez que tengo la oportunidad de volver a disfrutarlos, me permiten recordar los viejos tiempos y darme cuenta de todo el tiempo que ha pasado. Ésto último puede que a otras personas lo entristezca. Sin embargo, a mí no me pone de mal humor, al contrario. Me hace distinguir todas esas etapas que he vivido hasta ser quien soy hoy en día, junto con mis gustos e intereses. Es más, es probable que dentro de 10 años vea a todo aquello que me gusta actualmente de la misma forma que veo a los Power Rangers, a Phineas y Ferb y a Arnold Shortman actualmente. Solo el tiempo lo dirá.
Interesantes tus posteos.